viernes, 22 de abril de 2011

Obcecados por volar.



Siempre fascinados con batear, con ir más allá y saber que es el infinito, siempre soñando con planear, saber que es ser aire, por una vez sentarse en una nube y charlar. Y es, un problema que agravia desde pequeño mi estar, de aquel niño que se sentaba solo en los tejados para ver volar a los pájaros, y pasaba a ir corriendo por las calles bateando los brazos, mirando al cielo, mirando al mar, yo quiero sentir una caída libre y después alzar el vuelo, y nunca puedo, nunca me cansé tanto de las calles, las cosas normales y las tipicidades. Y solo quería cogerte de la mano y despegar, llegar tan alto que las estrellas se empezarían a asustar de que alguien las descubriera y las viera de verdad y al final, aprendes que se vuela con la mente, que puedo viajar de tus ojos a tus pies, que quiero entrar a tu mente y hacerte recordar que si supimos volar en palabras aun nos queda algo por acabar, que lo hemos dejado en el aire, que nunca hemos empezado, tendremos que volar para alcanzarlo. Y yo ya desplegué mis alas.

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